Storytelling of Corridos

La Narración de los Corridos

story by Brian Valencia, design by Jade Cupples

Music throughout history evolves with the society it's born into; corridos aren’t any different. Rooted in storytelling, music once sung within the empty borderlands of the Southwest now dominates charts, taking artists to places they couldn’t dream of—Grammys and interviews on late-night TV. From telling stories of heroes and outlaws to electric sounds, this genre has captivated audiences young and old.

With the rise of organized crime, drug use and the disconnect between generations, why does music matter? Why does the unique storytelling angle of corridos matter in social commentary?

En toda la historia, la música ha evolucionado con la sociedad en que nació; los corridos no son diferentes. Con raíces en la narración, la música que una vez se cantaba dentro de las zonas fronterizas vacías del sudoeste ahora domina los rankings, llevando artistas a lugares con los cuales ni se atrevían a soñar—los Grammys e entrevistas de televisión por la noche. Este género que incluye desde cuentos de héroes y bandidos hasta sonidos eléctricos ha cautivado las audiencias jóvenes y más ancianas.

Con el ascenso del crimen organizado, el uso de las drogas y la desconexión entre las generaciones, ¿por qué es importante la música? ¿Por qué es importante el ángulo singular de la narración de los corridos en el comentario social?

Roots of Storytelling / Raíces de la Narración

Corridos have origins in the early to mid-19th century in the old Southwest. Old folk music about heroes, outlaws and battles helped it gain regional popularity—but it was also practical for people to hear about what was happening. “At the beginning, it was a form of newspaper in some ways because it was popular with a lot of people… it was a way to understand what was going on in the country,” says Miguel Cabañas, an associate professor of Latin American and Chicano/Latin studies at Michigan State University. Its popularity rose during the Mexican Revolution, creating a new art form. “It would narrate the culture of our people. Before, corridos were stories,” says Juan Villagran, vocalist and radio host for Radio Mexicana 99.7 FM. “You’d hear one, and it felt like watching a movie.”

Corridos became ingrained in Mexican culture. Its popularity was solidified during the golden age of Mexican films—movies that showcased songs like “Corrido de Jorge Torres” and “La Feria de las Flores”.

The sound of corridos has remained relatively similar to when it started. Dominico Cañon, an artist and composer for Lado Exclusivo, says there are a few standout subgenres of corridos that are instrumentally different but share similar sounds. “Banda corridos use brass instruments, trumpets, clarinets, charchetas and are more dynamic as opposed to other corridos,” says Cañon. “Norteños are played with accordion, drums, tuba, bass, and bajo sexto. Sierreño corridos are played with a guitar as harmony, requinto, bass, tuba or tololoche, and charchetas.”

Corridos tackling themes of drug trafficking, known as narcocorridos or corridos bélicos, eventually began to emerge. “Smuggling was common all throughout the 20th century—cigarettes, drugs, alcohol. Especially when there was prohibition in the U.S., illegal substances would go back and forth,” says Cabañas. But its chokehold on mainstream music wasn’t solidified until the following decades. It wasn’t until the ’70s and ’80s that artists changed what singing and composing a corrido meant.

For younger generations, narcocorridos were a seamless transition. “Young Mexicans started to sing rap and things like that, but something was missing. It was the identity that was missing,” says Cabañas. “They went to gangster rap. It was on the rise, and the topics of violence, drugs and the police state were part of that era.”

Because of the Mexican music industry's success, it became an easy target for early Sinaloa cartels, which originated in the Golden Triangle region of western Mexico—the heart of the Mexican drug trade. “Many of the original creators of narcocorridos came from Mexico's gulf state of Sinaloa,” says Parker Asmann, a journalist at InSight Crime. “Drug trafficking groups in general have long paid musicians to write songs about their activities.”

While some artists were and continue to be paid to sing and narrate cartel stories, the narcocorridos subgenre was already rising. It was a way to connect with the struggles of the time—an ugly reality that continues throughout the ongoing drug war.

Los corridos tienen sus orígenes en el temprano y medio siglo XIX en el viejo sudoeste. La música folk antigua sobre héroes, bandidos y batallas los ayudaron a ganar popularidad regional—pero también era práctico para las personas oír sobre lo que estaba ocurriendo. “Al principio, era una especie de periódico porque era popular con muchas personas… Era una manera de entender lo que estaba ocurriendo en el país,” dice Miguel Cabañas, profesor adjunto de Estudios Latinoamericanos y Chicanos/Latinos en la Universidad del Estado de Michigan. La popularidad de los corridos aumentó durante la Revolución Mexicana, creando una nueva forma de arte. “Narraba la cultura de nuestra gente. Antes, los corridos eran historias,” dice Juan Villagrán, vocalista y presentador para la Radio Mexicana 99.7 FM. “Escuchabas uno y tenías la impresión de ver una película.”

Los corridos se arraigaron en la cultura mexicana, consolidando su popularidad durante la época dorada del cine mexicano. En estas películas se presentaban canciones como “Corrido de Jorge Torres” y “La Feria de las Flores.”

El sonido de los corridos ha permanecido relativamente similar desde sus inicios. Dominico Cañón, artista y compositor de Lado Exclusivo, dice que existen algunos subgéneros destacados de corridos que difieren instrumentalmente, pero que comparten sonidos similares. “Los corridos de banda utilizan instrumentos de metal, trompetas, clarinetes, charchetas y son más dinámicos en comparación con otros tipos de corridos,” explica Cañon. “Los norteños se interpretan con acordeón, batería, tuba, bajo y bajo sexto. Los corridos serreños se tocan con una guitarra como armonía, requinto, bajo, tuba o tololoche y charchetas.”

Los corridos que abordan temas del narcotráfico, conocidos como narcocorridos o corridos bélicos, empezaron a surgir con el tiempo. “El contrabando fue común a lo largo del siglo XX — cigarrillos, drogas, alcohol. Especialmente cuando había prohibición en los Estados Unidos, las sustancias ilegales iban y venían,” dice Cañon. Pero su poder en la música popular no se solidificó hasta las décadas siguientes. No fue hasta los años 70 y 80 que los artistas cambiaron lo que significaba cantar y componer un corrido.

Para las generaciones más jóvenes, los narcocorridos fueron una transición de poca dificultad. “Los jóvenes mexicanos empezaron a cantar rap y cosas así, pero faltaba algo. Era la identidad la que faltaba,” dice Cabañas. “Se fueron al rap gánster. Estaba creciendo, y los temas de violencia, drogas, y el estado policial fueron parte de esa época.”

Debido al éxito de la industria musical mexicana, se convirtió en un blanco fácil para los primeros cárteles de Sinaloa, se originaron en la región del Triángulo Dorado del oeste de México — el centro del narcotráfico mexicano. “Muchos de los artistas originales de narcocorridos vienen de Sinaloa, del golfo de México,” dice Parker Asmann, reportero de InSight Crime. “Por mucho tiempo, los grupos narcotraficantes en general les han pagado a los músicos para que escriban canciones sobre sus actividades.”

Aunque algunos artistas fueron y siguen siendo pagados para cantar y narrar historias del cártel, el subgénero de los narcocorridos ya estaba en auge. Era una manera para conectar con las luchas del tiempo - una realidad fea que continúa durante la actual guerra contra las drogas.

The State of Corridos / El estado de los Corridos

Since prohibition in the early 20th century and even the ’70s and ’80s, the cartel and migration landscape has changed significantly. Dozens of groups currently control different criminal economies and different territories. “The organized crime landscape is more complex and fragmented than the landscape we had 20 or 30 years ago,” says Asmann.

The infamous drug war continues in major U.S. cities with increased drug abuse, as well as states throughout Mexico reaching a record number of homicides. It's becoming difficult to ignore.

There’s been a push to ban corridos that discuss drug-related violence, like narcocorridos, corridos bélicos and tumbados, but with limited success. Mexico and the U.S. have continued to collaborate to stop the flow of drugs and violence. “Homicide in Mexico has reached historic levels ever since the Mexican government, with the support of the United States, initiated the militarized crackdown in 2006,” says Asmann.

Desde la prohibición a principios del siglo XX e incluso en los años 70s y 80, el cártel y el paisaje de migración ha cambiado considerablemente. Docenas de grupos controlan… en la actualidad diferentes economías criminales y territorios diferentes. “El paisaje del crimen organizado es más complejo y fragmentado que el paisaje que teníamos hace 20 a 30 años,” dice Asmann.

La infame guerra contra las drogas continúa en las ciudades importantes de los EE. UU. con el aumento en el consumo de drogas, además, así como en unos estados del país de México alcanzando números récords de homicidios. Ya es difícil de ignorar eso.

Hay un esfuerzo para prohibir los corridos que hablen sobre la violencia relacionada con las drogas, como los narcocorridos, los corridos bélicos y tumbados, pero es con un éxito limitado. México y los EE. UU. han continuado a colaborar para parar el flujo de las drogas y la violencia.

“El homicidio en México ha alcanzado niveles históricos desde que el gobierno mexicano, con el apoyo de los Estados Unidos inició las medidas severas militarizadas en 2006,” dice Asmann.

Tumbados and the Generational Divide / Los Tumbados y la División Generacional

Thanks to the genre's massive popularity in Latin America, it has spawned a subgenre that resonates with younger listeners, transcending its popularity globally. Grammy-winning artists like Peso Pluma are pioneers of corridos tumbados, a genre that mixes regional Mexican music with trap, often emphasizing marijuana use, similar to rap. “With the instruments selected in tumbados, you see more guitars and electric bass, bajoloche (acoustic guitar), and acoustic bass with a slapping sound,” says Cañon.

Music reflects stories and topics relatable to the youth. For Cabañas, corridos, like many other genres, mirror the system they exist within. “Young people want to become part of the core of capitalism. They want power, they want visibility—people seeing them in their car,” he explains. Flashy cars and designer clothes give people status. Cabañas sees consumption as a way for young people to claim status.

While older generations understand that music is usually a fantasy, there’s a reason they aren’t fond of the changes. “Nowadays, the youth sing corridos and don’t know what they’re singing—they simply just do it. It used to be stories of real life and real events and those were the original corridos,” Villagran says. He understands the money behind the business and hopes the youth don’t fall into vices, as he’s seen it numerous times. “I've worked with lots of artists and heard their stories … lots of artists have fallen into [drug addiction] and passed away or gone to prison,” says Villagran. “There’s lots of people in power who don’t want our youth to make it because it’s going to affect them when they develop those intelligences.”

While the border and drug crisis continues, corridos reflect grander social issues, evolving as the culture finds its connection to its tradition. Corridos are one of many popular genres in Latin America and they’ll continue evolving as there are more stories to tell.

Gracias a la popularidad masiva del género en América Latina, se ha generado un subgénero que resuena con la audiencia más joven transcendiendo su popularidad globalmente. Artistas que han ganado un Grammy, como Peso Pluma, son pioneros de los corridos tumbados, un género que mezcla música mexicana regional con trap, frecuentemente enfatizando el uso de la marihuana y que es similar al rap. “con los instrumentos seleccionados en tumbados, veras más guitarras y el bajo eléctrico, bajo loche (una guitarra acústica) y el bajo acústico con un sonido bofeteado,” dijo Cañon.

La música refleja historias y temas con los que los jóvenes se pueden identificar. Para Cabañas, los corridos, como muchos otros géneros, reflejan el sistema en el que existen. “Los jóvenes quieren formar parte del núcleo del capitalismo. Quieren potencia, quieren visibilidad, que la gente los vea en su coche,” explica. Los coches llamativos y la ropa de diseñador dan estatus a la gente. Cabañas ve el consumo como una manera de que la juventud reclame estatus.

Aunque la generación mayor entiende que la música es típicamente fantasía, hay una razón por la cual no les gustan los cambios. “Estos días, la juventud canta corridos y no sabe lo que está cantando—ellos no más lo hacen. Antes eran cuentos de la vida y eventos reales y esos son los corridos originales,” dice Villagrán. El entiende que el dinero está detrás del negocio y espera que la juventud no caiga al vicio, como lo ha visto numerosas veces. “He trabajado con muchos artistas y escuchado sus cuentos…muchos artistas caen en [la adición a la droga] y fallecen o van a la cárcel,” dice Villagrán. “Hay muchas personas en posición de poder que no quieren que la juventud tenga éxito porque les afecta a ellos cuando desarrollan esa inteligencia.”

Mientras la frontera y la crisis de la droga continúan, los corridos reflejan grandes problemas sociales, evolucionando a medida que la cultura encuentra su conexión con su tradición. Los corridos son uno de los varios géneros populares en América latina y seguirán evolucionando a modo de que haya más cuentos para contar.

Aunque la generación mayor entiende que la música es típicamente fantasía, una razón por la cual no les gusten los cambios. “Estos días, la juventud canta corridos y no sabe lo que está cantando—ellos no más lo hacen. Antes eran cuentos de la vida y eventos reales y esos son los corridos originales,” dice Villagrán. El entiende que el dinero está detrás del negocio y espera que la juventud no caiga al vicio, como lo ha visto numerosas veces. “He trabajado con muchos artistas y escuchado sus cuentos…muchos artistas caen en [la adición a la droga] y fallecen o van a la cárcel,” dice Villagrán. “Hay muchas personas en posición de poder que no quieren que la juventud haga algo porque les afecta a ellos cuando desarrollan esa inteligencia.” Mientras la frontera y la crisis de la droga continúan, los corridos reflejan grandes problemas sociales, evolucionando a medida que la cultura encuentra su conexión con su tradición. Los corridos son uno de los varios géneros populares en América latina y seguirán evolucionando mientras haya más cuentos para contar.

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